La Actual Criris en Gaza

La Actual Criris en Gaza

Un nuevo desafío en el conflicto palestino-israelí

Los conflictos bélicos y las guerras en la Tierra Santa parecen no acabar. La gente se asombra ante las matanzas, se turba ante las contradicciones políticas y sociales, y se atribula ante las injusticias económicas. Muchas personas tienen la impresión que las dificultades en esta importante región de mundo, que es centro y símbolo de espiritualidad y paz para millones de personas en el mundo, en vez de mejorar, empeoran; y cuando ya se asoman algunos indicios y vientos de paz, de pronto, todo cambia y el ciclo de violencia se repite y aumenta.

La actual guerra en Gaza es un magnífico ejemplo de las complejidades y contradicciones en las políticas oficiales de la Autoridad Palestina, los militantes de Hamás y el Estado de Israel. Luego de intercambios de cohetes y disparos, después de muchos años de ocupación militar y salida de los colonos judíos, al pasar los meses del bloqueo económico y comercial, y posterior a los breves períodos de treguas parciales y escaramuzas, el conflicto bélico en Gaza ha escalado a un nivel militar incontrolado, que amenaza no solo con desestabilizar aún más la región sino de afectar adversamente la paz mundial.

La ciudad de Gaza es parte de una región pequeña al norte de Egipto, el este del Mar Mediterráneo, al sur de Tel Aviv, y al oeste del Néguev. Tradicionalmente ha sido una ciudad importante en la región, pues está ubicada en uno de los caminos que une a Egipto con Israel, Palestina y Siria. Y esa localización privilegiada, también ha sido causa de contención y conflicto a través de las edades.

La Biblia se refiere a los habitantes originales de Gaza como aveos, aunque posteriormente los identifica como caftoreos, que posiblemente es una variante lingüística de filisteos (Dt 2.23). De acuerdo con las narraciones bíblicas, Gaza fue dada a la tribu de Judá (Jos 15.47), pero los filisteos, con el tiempo, controlaron toda la región (Jue 1.18-19). De esa forma Gaza se convirtió en una de las ciudades importantes de la pentápolis Filistea. Inclusive, varios episodios de la vida de Sansón se llevaron a efecto en esa región (Jue 16); y los profetas, al presentar sus mensajes de juicio contra Filistea, identificaban la ciudad de Gaza (Am 1.6).  Además, fue por el camino de Gaza que el Señor se le reveló a Felipe para que le presentara el evangelio de Cristo al etíope eunuco (Hch 8.26-39).

Esa región, en épocas recientes, ha sido objeto de nuevas disputas y dificultades. Desde el establecimiento del Estado de Israel, en el 1948, solo para mencionar las últimas décadas, los habitantes de Gaza a sufrido mucho. En primer lugar, estuvieron bajo el dominio egipcio, para posteriormente estar bajo la administración y ocupación israelí. Cuando se firmaron los acuerdos de paz entre Israel y la Autoridad Palestina, Gaza quedó como parte del territorio palestino, aunque ocupado militarmente y con la presencia colonos judíos en sus tierras.

Finalmente Israel dejó la ocupación militar y retiró a los colonos, pero la crisis no acabó con esas decisiones. En la actualidad, Gaza es uno de los lugares más densamente poblados del mundo, realidad que genera una serie compleja de dificultades sociales, políticas, económicas, emocionales y militares.

Con el triunfo del grupo Hamás en las elecciones de los territorios palestinos, cambiaron las dinámicas en los diálogos de paz en la región. Hamás es un partido político muy fuerte en Palestina, con un brazo militar poderoso y decidido a terminar con la ocupación y el bloqueo israelí. Luego de las elecciones, inclusive, se manifestaron conflictos serios entre los diversos grupos palestinos, que culminó con la organización y el establecimiento de un gobierno de Hamás en Gaza.

Esas realidades políticas, en un ambiente de crisis social y ocupación militar, son parte de los factores precipitantes de la crisis actual en Gaza, que ha cobrado la vida de cientos y cientos de palestinos, y también judíos, entre los que se encuentran los sectores más vulnerables, frágiles y necesitados de la sociedad: ancianos, mujeres, jóvenes y niños.

Se han firmado varios acuerdos de alto al fuego y documentos de treguas, que lamentablemente ninguno de los grupos ha respetado a cabalidad. De un lado, Israel no terminó con el bloqueo militar y económico de la región; y del otro, Hamás ha seguido lanzando cohetes a las poblaciones civiles de Israel. Y el espiral de violencia continúa y aumenta: Los israelíes dicen que no pueden finalizar el bloqueo pues las milicias palestinas pueden conseguir más armas, y causar daños severos a sus ciudades; los palestinos, por su parte, responden que, mientras no termine la ocupación de los territorios y culmine el bloqueo, seguirán lanzando cohetes a las ciudades vecinas del sur de Israel.

El problema es complejo y las implicaciones del conflicto son enormes. Por el momento, lo que se necesita es un alto al fuego inmediato para evitar la muerte de gente inocente, que es una atrocidad social y un serio crimen contra la humanidad.  La verdad es que la gente de paz en el mundo entero –entre los que se incluyen creyentes y no creyentes, judíos, cristianos y musulmanes– está horrorizada por las imágenes de las muertes de personas no combatientes, ¡hasta en las escuelas de la ciudad! Quizá lo que se requiere de forma inmediata en la región son los contingentes de paz de las Naciones Unidas para terminar el bloqueo israelí en Gaza y afirmar la seguridad nacional en Israel.

  En este conflicto complejo, intenso y extenso, las iglesias, los creyentes y la gente de bien estamos al lado de los procesos de paz con justicia. Afirmamos la dignidad humana e incentivamos el diálogo respetuoso y responsable que ayude a superar los resentimientos y los odios que mantienen a estos pueblos bíblicos en guerras fratricidas interminables. Y rechazamos públicamente las propuestas soluciones militares, que solo fomentan más violencia, que ya ha probado no contribuye positivamente a solucionar el conflicto..

El pueblo de Israel necesita vivir en paz, sosiego y seguridad; y los palestinos, a su vez, requieren que se respeten sus derechos humanos, para crear un estado moderno y eficiente. Ese reconocimiento mutuo es lo que propiciará el establecimiento de un estado palestino económicamente viable, y lo que afirmará la paz en el estado de Israel. Solo ese ambiente de diálogo y negociación es el que puede generar la convivencia pacífica y respetuosa entre estos dos pueblos.