La violencia hacia las iglesias en el Oriente Medio

La violencia hacia las iglesias en el Oriente Medio

The churches, violence, and the Middle East, in Spanish

El Oriente Medio está a punto de ebullición. En medio de las revoluciones callejeras que intentan transformar las sociedades de la región, las frágiles relaciones entre creyentes musulmanes y cristianos se van deteriorando de forma paulatina. La incomunicación aumenta, las persecuciones se manifiestan públicamente, y los atentados ya han cobrado muchas víctimas inocentes.

Ante el asombro mundial, al comenzar el año 2011, un coche bomba en la famosa ciudad de Alejandría, Egipto, mató a 21 personas e hirió a otras 43 frente a una iglesia copta. Ese acto de terror religioso siguió al que vivió la ciudad de Bagdad, en el cual murieron 53 feligreses, entre los que se encontraban varios sacerdotes. Esas manifestaciones mortales de violencia sectaria en el Oriente Medio son parte de una ola irracional de hostilidad comunitaria, agresión verbal e incomunicación religiosa. En efecto, mientras las condiciones políticas, sociales y económicas en la región empeoran, la seguridad de las iglesias y los creyentes disminuye.

Un detalle importante al estudiar este fenómeno social y político es reconocer que la violencia ha sido un factor constante en estas sociedades, y que las relaciones interreligiosas no siempre han sido gratas y respetuosas. Quizá un buen ejemplo de esas dinámicas de violencia desde la perspectiva cristiana son las Cruzadas, que puso de manifiesto un rostro desagradable e inhumano del cristianismo.

Aunque el porcentaje de cristianos en el Oriente Medio no es alto, y va en decrecimiento, las contribuciones de las iglesias a la sociedad son extraordinarias. Desde la perspectiva social, los orfelinatos y centros de cuido infantil apoyan de forma destacada el bienestar mental y espiritual de la niñez y adultez de millones de familias musulmanas y cristianas; los hospitales y las escuelas auspiciadas por las iglesias son centros de salud integral que revelan no solo la misericordia e inteligencia de las instituciones cristianas sino que colaboran con un proyecto de futuro de paz y justicia en la región; y las congregaciones sirven de sostén espiritual y emocional a las familias cristianas que viven en medio de unas dinámicas de tensión que van en aumento.

Identificar el origen de la violencia hacia las iglesias y los cristianos es complejo. Para la gente que estudia el problema de forma sistemática, este fenómeno es parte de la inestabilidad política y social de la región, y está posiblemente relacionado con las manifestaciones de injusticia económica y política que sufren de forma persistente las mayorías musulmanas. Algunos científicos sociales indican, inclusive, que el deterioro de las relaciones entre musulmanes y cristianos se asocia a las políticas de occidente de sostener y apoyar los sistemas políticos dictatoriales, que mantienen a grandes sectores de la población sumidos en una pobreza extrema y deshumana. Hay quienes se aventuran a indicar que el problema es de corte religioso, que es una manifestación contemporánea de las luchas históricas por mantener la hegemonía espiritual en la región.

Lo cierto es que, independientemente dónde se identifiquen los orígenes de estas manifestaciones de violencia, los países de Occidente deben entender que las decisiones de política internacional que se hacen a niveles locales, tienen implicaciones mundiales. Y esa verdad ha cobrado nuevos impulsos en un mundo globalizado. ¡En la reciente revolución egipcia, el internet y las comunicaciones electrónicas jugaron un papel protagónico!

El gran desafío para las potencias mundiales de Occidente, específicamente en los Estados Unidos y la Unión Europea, es entender que las políticas de conveniencias nacionales y locales, que no respetan los derechos humanos en el Oriente Medio y ayudan a mantener en el poder a gobernantes déspotas, se pueden transformar en el ambiente ideal para que se manifieste la violencia contra las iglesias y sus fieles en el resto del mundo, particularmente en el Oriente Medio.